La “Chacarita Vieja” abrió sus puertas en 1871 y fue clausurada en 1875. A lo largo del año 1897 se exhumaron los restos y se trasladaron al viejo osario general del nuevo cementerio, ya desaparecido. Este primitivo enterratorio de cinco hectáreas aproximadamente, fue utilizado debido a la saturación del viejo Cementerio del Sur. La “Chacarita Vieja” estaba ubicada en los predios que hoy ocupa el parque Los Andes, ex parque Rancagua.
Según un informe oficial del 31 de diciembre de 1872, los doctores Justo Mezza y Juan A. Argerich declararon que “…el cementerio está en buenas condiciones higiénicas y con mucho orden en el arreglo de las sepulturas. Lo único que lamentamos es que todavía no se hayan colocado pilares con sus rejas correspondientes, pues da una triste idea que aun esté cercado con palos. Tiene una linda capilla donde se celebran oficios fúnebres de difuntos. Este año hubo 448 personas enterradas…”
No fue éste el primer informe para crear una necrópolis en la zona, hay indicios de que un viejo cementerio provisorio de 1865 (documento presentado por Jorge Alfonsín) se iba a trasladar a un campo de casi doscientas hectáreas a más de veinte kilómetros de la ciudad. Otra idea fue hacer un cementerio en Palermo, pero no era conveniente porque la zona era baja y se anegaba con facilidad.
Al final, la Chacarita quedó como mejor opción. Existe un plano de la mensura de Chacarita 1870 – 1871 diseñado por el agrimensor Pedro Benoit que ya nombra al Cementerio Antiguo en los campos linderos de las familias Comastri y Roncoroni. En 1880 fallece Don Angel Roncoroni y su hijo Pío cede veinte cuadras aproximadamente ante una imposición de vender parte de sus tierras. La cesión se hizo a un precio casi simbólico.
La “Chacarita Nueva” fundada en 1886 y llamado oficialmente Cementerio del Oeste desde el año 1896, contaba inicialmente con siete hectáreas. En 1884 se le adjuntaron otras siete manzanas cedidas por la antigua Municipalidad de Belgrano. En 1885 recibió otras diez manzanas, que eran de un antiguo cuartel de caballería. Finalmente hacia 1907 se agrandó hasta las vías del ferrocarril y en 1916 hasta la calle Elcano.
En 1884 el arquitecto Buschiazzo presentó el plano general con la distribución interior y los muros, todo esto durante la intendencia municipal de Torcuato de Alvear (1883 – 1887). El lineamiento general lo hizo el arquitecto francés Enrique L. Clement.
En 1903 se inauguró el crematorio “pese a la negativa de la Iglesia Católica” y empezó a funcionar en 1904, por la insistencia de profesionales como los doctores José Peña, José Ingenieros y José María Ramos Mejía.
Durante la “Semana Trágica”, el cementerio conoció horas aciagas; hasta sus puertas llegaron los enfrentamientos, violencia y desolación. En 1929 el crematorio poseía cuatro hornos alimentados a petróleo que operaban por refracción de calor a mil doscientos grados. De esta forma se podían incinerar ocho cadáveres a la vez, en un lapso que iba de cincuenta a ochenta minutos.
En 1930, un tranvía cayó al Riachuelo desde el puente Avellaneda. Murieron más de treinta personas que fueron enterradas en este Cementerio en medio de una multitudinaria expresión de dolor. Cada desastre que enlutece a Buenos Aires, repercute en esta ciudad de muertos.
Para 1940 el cementerio contaba con unas ochenta y tres hectáreas, limitadas por las calles Triunvirato, Elcano, Av. del Campo, Garmendia, Warnes, Jorge Newbery y Guzmán. Este espacio no incluía los predios de los cementerios de disidentes: Británico y Alemán.
El 5 de marzo de 1949 le fue conferido el nombre con el que se lo conoce en la actualidad: “Cementerio de la Chacarita”, un punto de referencia en la geografía urbana y la mitología popular, lugar donde se entierra a sus ídolos, a sus héroes, y a los seres queridos.
Germinal Nogués nos cuenta que Chacarita tiene 95 hectárea, 10.000 bóvedas, 105 panteones, 93.860 sepulturas y 350.000 nichos.
El Cementerio Británico cuenta con cuatro hectáreas y media y once mil tumbas. Fue diseñado por Juan van Braam.
En el Cementerio Alemán existen no menos de ciento cuarenta bóvedas en un espacio de cuatro hectáreas aproximadamente.
Libro: Ángeles de Buenos Aires – Historia de los Cementerios de la Chacarita, Alemán y Británico
Autores: Hernán Santiago Vizzari y Dr. Omar Lopez Mato
Editorial: Olmo Ediciones – 2011
Distinción: Declarado de Interés Cultural por la Legislatura Porteña